La gamofobia, el miedo al “sí quiero”. La gamofobia se define como el miedo irracional a contraer matrimonio. Esto no quiere decir que la persona no sea capaz de tener una pareja estable y duradera, pero en el momento de contraer matrimonio es cuando surge este miedo irracional.
Las causas de la gamofobia pueden ser muy diversas, pero entre las más frecuentes podemos encontrar:
- Haber vivido un divorcio anterior traumático es una de las causas más habituales. Las experiencias tienen mucho que ver en la toma de decisiones, es por ello que, un divorcio anterior con consecuencias negativas puede ser una de las causas de desarrollar gamofobia.
Los síntomas de una fobia pueden ser diversos y darse en mayor o menor medida según la persona. Pero si quieres saber si tu pareja no quiere casarse o realmente tiene gamofobia estas señales podrían darte pistas:
- Realiza respuestas de huida, escapando de alguna situación próxima al matrimonio o durante una conversación relacionada con el tema.
- Evita hablar del matrimonio y cuando le preguntan directamente, normalmente desconoce las causas por las cuales no quiere casarse.
- Puede presentar síntomas como sudoración, temblores, llanto, mareos… cuando se enfrenta a conversaciones o situaciones relacionadas con el matrimonio, como por ejemplo el enlace entre otras personas.
Cómo superar la gamofobia
Para poder superar la gamofobia es esencial acudir a un profesional, pero compartimos algunas recomendaciones en general:
- Cuando la fobia esté identificada es recomendable hablar con la pareja sobre el problema, con el fin de reforzar la relación y establecer vínculos de confianza más fuertes y sólidos. En algunos casos es recomendable acudir a terapia de pareja.
- Exponerse al matrimonio de forma progresiva, por ejemplo, conversando con personas casadas.
- Identificar cuáles son las diferencias que hay entre estar casados o no.
- Identificar las necesidades individuales de la pareja, llegar a acuerdos de pareja donde estas necesidades se sigan respetando una vez se haya contraído matrimonio.
- Por último, es esencial revisar las expectativas que tenemos respecto al matrimonio, trabajar en nuestro miedo al fracaso y asumir que el matrimonio puede ser “para siempre” o hasta que nuestras necesidades cambien.