HIPERACTIVIDAD EN LOS NIÑOS: CAUSAS, SÍNTOMAS Y ESTRATEGIAS PARA MANEJARLA

La hiperactividad en los niños es una de las principales preocupaciones de los padres y educadores. Aunque muchas veces se asocia con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), no todos los niños con energía excesiva padecen de este trastorno. En este artículo, explicaremos qué es la hiperactividad, sus síntomas, causas y cómo se puede manejar de manera efectiva.

1. ¿Qué es la hiperactividad en los niños?

La hiperactividad se refiere a un comportamiento donde el niño es extremadamente activo, se mueve constantemente y parece tener dificultades para controlar su energía. Este comportamiento puede interferir con el aprendizaje, las interacciones sociales y el descanso, afectando tanto al niño como a quienes lo rodean.

2. Síntomas de la hiperactividad

Es importante reconocer los signos de hiperactividad para poder tomar las medidas adecuadas. Algunos de los síntomas comunes incluyen:

  • Dificultad para permanecer sentado: El niño tiende a moverse constantemente, incluso en situaciones donde se espera que esté quieto, como en clase o durante las comidas.
  • Inquietud física constante: Los niños hiperactivos suelen mover las manos o los pies de manera incesante.
  • Impulsividad: Hablan sin pensar, interrumpen a otros y actúan sin considerar las consecuencias.
  • Dificultad para concentrarse: Les cuesta enfocarse en una tarea por largos periodos de tiempo y se distraen con facilidad.

3. Causas de la hiperactividad

La hiperactividad puede tener múltiples causas, algunas de ellas relacionadas con el desarrollo normal del niño y otras con factores biológicos o ambientales. Algunas posibles causas incluyen:

  • Factores genéticos: Los niños con antecedentes familiares de TDAH o trastornos de conducta tienen más probabilidades de ser hiperactivos.
  • Ambiente: Un entorno con demasiados estímulos o falta de estructura puede aumentar los niveles de hiperactividad en los niños.
  • Dieta: Algunos estudios sugieren que una dieta alta en azúcares y aditivos podría contribuir a un comportamiento hiperactivo en ciertos niños.
  • Trastornos neurológicos: En algunos casos, la hiperactividad está relacionada con un desequilibrio en los neurotransmisores que regulan la atención y el comportamiento.

4. ¿Cómo manejar la hiperactividad en los niños?

Manejar la hiperactividad no significa eliminar la energía natural del niño, sino aprender a canalizarla de manera positiva. Aquí te dejamos algunas estrategias para gestionar este comportamiento:

  • Rutinas estructuradas: Establecer una rutina diaria ayuda a los niños hiperactivos a saber qué esperar y cuándo deben realizar ciertas actividades, lo que puede reducir la ansiedad y la agitación.
  • Actividad física regular: Incluir deportes o actividades físicas en su rutina diaria es una excelente forma de canalizar la energía extra.
  • Técnicas de relajación: Enseñar a los niños técnicas de relajación, como la respiración profunda o el yoga, puede ayudarles a controlar su inquietud.
  • Alimentación equilibrada: Evitar el consumo excesivo de azúcares y aditivos puede mejorar el comportamiento. Una dieta rica en frutas, verduras y proteínas magras es clave.
  • Apoyo psicológico: En algunos casos, el apoyo de un psicólogo o terapeuta especializado en niños puede ser útil para abordar problemas subyacentes.

5. ¿Cuándo consultar a un especialista?

Si notas que la hiperactividad de tu hijo interfiere significativamente con su aprendizaje, comportamiento social o afecta su bienestar emocional, es importante buscar la ayuda de un especialista. Un diagnóstico adecuado puede ayudar a determinar si se trata de hiperactividad normal o si está relacionada con un trastorno como el TDAH.

6. Conclusión

La hiperactividad en los niños es una etapa que muchos pequeños atraviesan, pero en algunos casos puede ser un síntoma de un trastorno más complejo como el TDAH. La clave está en observar su comportamiento, aplicar estrategias adecuadas para gestionarla y, si es necesario, acudir a un profesional. Con el apoyo correcto, es posible ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades de autocontrol sin suprimir su energía natural.

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