La audición es uno de los sentidos más complejos y su vía comunica con numerosas áreas cerebrales. Entre ellas, se relaciona con el sistema límbico, el núcleo accumbens y el núcleo caudado, relacionados con el procesamiento emocional.
Escuchar música libera dopamina de la misma forma que se libera con la comida, el sexo o las drogas. Por lo que tiene un impacto en nuestro estado de ánimo y nos hace sentir bien. La música induce cambios fisiológicos en nosotros de la misma manera que lo hace cualquier estímulo emocional. ¿A quién no se le han puesto los pelos de punta alguna vez escuchando una canción?
La música despierta recuerdos porque tiene la capacidad de traer aquellos que están relacionados tanto con el contenido de la letra de la canción, como por el recuerdo de un evento que ocurrió mientras escuchábamos dicha canción. Nos puede transportar a ese momento y hacernos revivir las emociones que nos hizo sentir.
No es lo mismo recordar momentos que tienen un significado importante y que están vinculados a las emociones, que recordar algo que no tiene ningún impacto en nuestra vida. Aquellas situaciones que significaron algo para nosotros serán más accesibles a nuestro recuerdo.
Por ejemplo, es más fácil que recordemos qué tiempo hacía el día de nuestra boda que escoger un día al azar e intentar recordar qué día hizo. Nuestro cerebro registra y almacena todos aquellos momentos importantes para nosotros. Al estar la música tan estrechamente vinculada a las emociones, puede servir como un estímulo que nos ayude a recordar con mayor facilidad.