¿POR QUÉ NOS PONEMOS DE MAL HUMOR CUANDO TENEMOS HAMBRE? LA CIENCIA DETRÁS DEL “HANGER”

Si alguna vez te has sentido de mal humor o irritable cuando tienes hambre, estás experimentando lo que en inglés se conoce como “hanger” (hunger + anger, que significa hambre y enojo). Este fenómeno es una respuesta natural del cuerpo que sucede cuando necesitamos energía y nutrientes. ¿Pero cuál es la causa real de este mal humor? La ciencia explica cómo los niveles de glucosa, las hormonas y el sistema nervioso central están involucrados en esta reacción.

1. El Papel de la Glucosa en Nuestro Estado de Ánimo

La glucosa es el combustible que el cerebro necesita para funcionar correctamente. Cuando los niveles de glucosa bajan, lo que suele ocurrir después de varias horas sin comer, el cerebro empieza a percibir esto como una amenaza para el cuerpo. El cerebro, al notar que tiene menos energía, desencadena respuestas de alerta para indicar que necesita recargar combustible, lo que puede manifestarse en irritabilidad y falta de concentración.

2. Hormonas y Hambre: Adrenalina y Cortisol

Cuando el cuerpo experimenta una baja en los niveles de glucosa, aumenta la producción de hormonas como el cortisol y la adrenalina, las cuales se conocen como “hormonas del estrés”. Estas hormonas preparan al cuerpo para reaccionar y buscar comida, pero también generan un efecto de tensión y mal humor que puede hacer que nos sintamos más agresivos o impacientes al interactuar con los demás.

3. La Dopamina y los Deseos de Comida

La dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer, también se ve afectada cuando tenemos hambre. Comer aumenta los niveles de dopamina y nos hace sentir bien. Sin embargo, al pasar mucho tiempo sin comer, los niveles de dopamina bajan, lo cual puede disminuir el estado de ánimo y hacer que cualquier situación parezca más frustrante de lo que realmente es.

4. ¿Por Qué Algunas Personas Son Más Susceptibles al Mal Humor por Hambre?

Cada persona procesa los cambios de glucosa y las hormonas de forma distinta, y por ello, algunas personas son más sensibles a los efectos del hambre en el estado de ánimo. Estudios sugieren que la genética, el metabolismo y los hábitos alimenticios tienen un papel importante en esta respuesta. Las personas con niveles bajos de azúcar en sangre, o quienes no desayunan, suelen experimentar cambios de humor más pronunciados a medida que avanza el día.

5. Consejos para Evitar el Mal Humor Causado por el Hambre

  • Comer en horarios regulares: Mantener una rutina de comidas ayuda a evitar caídas en los niveles de glucosa y previene los efectos de la irritabilidad.
  • Elegir snacks saludables: Alimentos ricos en proteínas y fibra, como frutos secos o frutas, mantienen la energía y reducen la sensación de hambre.
  • Evitar el exceso de azúcares: Las comidas con azúcar elevada pueden generar picos de glucosa, pero estos también tienden a disminuir rápidamente, causando cambios de ánimo.
  • Mantenerse hidratado: La deshidratación puede empeorar el mal humor, así que es importante consumir agua de forma regular.

¿Qué Dice la Ciencia sobre el “Hanger”?

Diversos estudios han comprobado que el mal humor debido al hambre es un fenómeno real y que no es solo un “capricho”. La combinación de baja glucosa, desequilibrio hormonal y una disminución de neurotransmisores afecta de manera directa el estado de ánimo. Comprender este proceso y adoptar estrategias para mantener niveles de energía estables puede ayudarnos a reducir los momentos de irritabilidad y mantener el buen humor durante el día.

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