Un nuevo estudio publicado en el Journal of Sleep Research muestra que las personas que presionan regularmente el botón de repetición de alarma solo pierden unos seis minutos de sueño cada noche, lo que no afecta su descanso ni su estado de ánimo matutino.
Los resultados muestran que este hábito en realidad puede mejorar el rendimiento cognitivo. Los hallazgos se suman a un estudio de 2022 que también confirmó que quienes ponen alarmas no necesariamente se sienten más somnolientos que quienes no lo hacen. “Quizá no sea mala idea posponer la alarma un rato por la mañana”, afirmó Tina Sundelin, investigadora del sueño de la Universidad de Estocolmo y autora principal del estudio. De hecho, afirma que su trabajo es uno de los pocos que demuestra directamente que las siestas (literalmente, siestas) no perjudican la calidad del sueño.
Parte de la razón por la que este hábito puede tener consecuencias negativas es que se cree que interfiere con varias etapas del sueño reparador, como el sueño de movimientos oculares rápidos (REM).
Sin embargo, Sundelin y sus colegas cuestionan esta teoría y demuestran que incluso los intervalos de hasta media hora no tuvieron ningún efecto negativo sobre la calidad general del sueño o la somnolencia diurna.
Sundelin descubrió que en realidad puede proporcionar beneficios cognitivos. Sólo los evaluados vieron múltiples mejoras en la velocidad de procesamiento, la memoria y la función cognitiva, incluso después de la privación del sueño.
Según sus hallazgos, lo que puede afectar negativamente al descanso de una persona es perturbar o interrumpir su sueño a lo largo de la noche. Además, la inercia del sueño puede ser más grave cuando te despiertas cerca del punto más bajo de tu ritmo circadiano, cuando el estado de alerta o la concentración de tu cerebro están en su nivel más bajo.
Por otro lado, dice que las personas que suelen dormir un par de veces a la semana pueden beneficiarse de permanecer dormidos cuando suena la alarma. El estudio encontró que 31 de ellos durmieron profundamente durante toda la noche, con signos de mal sueño solo en los últimos 30 minutos antes de levantarse (generalmente cuando las personas presionan el botón de repetición de alarma por primera vez). Pero los efectos de esa falta de sueño no los hicieron sentir cansados por el resto del día, dijo Sundelin.
Los investigadores dicen que dormir más también puede ayudar a la transición de etapas de sueño más profundo a más ligero, reduciendo la inercia del sueño y haciendo que sea más fácil despertarse sintiéndose renovado y lleno de energía.